Exportar vino. De ser una recomendacion a convertirse en una necesidad básica. Crisis? What Crisis?

Me encontraba en una conferencia en la que uno de los ponentes era un muy prestigioso economista de este país. A éste, se le preguntaba  sobre como nos iban a ir las cosas con la crisis en la que estábamos inmersos. 

Y él decía que esa no era la pregunta adecuada. Que prefería reformular una nueva pregunta a su vez. Que la pregunta debía ser… ¿Cómo le iba a ir a quién?

Opinaba que a algunas empresas les podía ir mal, pero que otras, si estaban bien capitalizadas, si no eran intensivas en mano de obra, si estaban bien diversificadas, y si estaban exportando a países emergentes capearían el temporal mucho mejor.

Crisis? What Crisis? Como aquel famoso disco de Supertramp.

En realidad lo que venía a decir este prestigioso experto es que había que hacer lo mismo que él mismo con toda seguridad recomendaba cuando las cosas no venían mal dadas. La diferencia radicaba en que antes era una recomendación, y ahora se trata de una necesidad básica para salir adelante. 

¿Es tarde para empezar? Pues como decía el mencionado economista, depende de cada empresa, pero una cosa sí es segura. Es peor empezar mañana que hoy. Ponía el ejemplo de las bodegas chilenas que tenían muy claro que o exportaban o tenían un pequeño chiringuito para atender el mercado interior. Y decidieron exportar. Ya lo creo que exportan.  

Necesitamos ahora más que nunca autofinanciar nuestra operación, mecanizar nuestros sistemas de producción y comercialización, tener una gama de productos amplia, poner énfasis en la exportación y poner aún mayor énfasis en la exportación a mercados emergentes.  

Pero este blog de lo que habla es exclusivamente de Marketing del vino, de comercialización del vino. Atendamos el mercado interior como se merece y que nos da de comer. Pero, pongamos toda la carne en el asador en exportar.  

¿Nos pondremos las pilas ahora que lo necesitamos más que nunca?

Hasta pronto
 

 

 

 

Un buen manual para emprendedores

Me estoy leyendo un libro muy interesante de Seth Godin. El libro se llama The dip. A little book that teaches you when to quit. (and when to stick). Traducido significa: La inmersión. Un manual que te enseña cuando abandonar. (y cuando persistir). El libro tiene 70 páginas y es muy cortito, pero tiene mucha miga.
Habla de cuando se hace necesario abandonar un proyecto. Y como decía, parece un mensaje negativo. Pero cuando te adentras en el libro te das cuenta de que no lo es para nada. Viene a decir que para tener éxito como emprendedor hay que estar abandonando continuamente proyectos y cosas. Cosas que te distraen de lo que realmente te interesa, cosas que en algunos casos suponen renunciar a algo, pero que te despistan de tus objetivos.

Pone un ejemplo que podría ser el resumen de todo el libro.

Habla del snowboarding. Lo considera un deporte excitante y divertido, que te hace sentir realmente vital. Se pregunta por qué hay tan pocos practicantes. Considera que el motivo es debido a su aprendizaje tremendamente duro. Es tan duro que resulta mucho más fácil abandonar que seguir intentándolo.

Considera que cualquiera que se plantea la posibilidad de practicar este deporte tiene 3 alternativas.

1) La alternativa valiente. Consiste en superar todas las dificultades hasta conseguir ser un verdadero campeón en la materia.
2) La alternativa madura es ni siquiera intentarlo.
3) La alternativa estúpida es empezar, realizar un importante esfuerzo, invertir mucho tiempo y dinero…. Y abandonar en mitad del intento.

Unos pocos elegirán la primera alternativa (la valiente) y puede que se conviertan en verdaderos campeones.

La gente informada probablemente seguirá la alternativa madura. No dedicará ningún esfuerzo en intentarlo y desviará sus recursos sobre algo en lo que estén realmente interesados.
Godin considera que las dos alternativas son muy respetables. Y se centra en la tercera, la más común. La de estar siempre reintentando y abandonando. La que hay que evitar si se quiere tener éxito.

¿Leeréis el libro? Merece la pena.

¿Colaborar? ¿Competir? Ese es el dilema

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Colaborar o competir

Colaborar o competir

El juego del dilema del prisionero es algo tremendamente interesante. Se enseña con mucha frecuencia en las escuelas de negocio para ahondar y debatir sobre la actitud de la gente en una sociedad tan competitiva y tan poco solidaria como la nuestra.

En el mundo de la web 2.0 se habla continuamente de este tema, y, de alguna manera se practica bastante, aunque también se practica bastante el hacer como que se colabora. Supongo que eso también forma parte del marketing. Asumen el lema de que “Lo importante no es lo que haces sino lo que parece que haces”.

El dilema del prisionero de lo que habla es de la sensación que le queda al que interactúa con uno, después de una relación profesional.

Yo creo que todos, en nuestra cabeza decimos respecto de la persona o la empresa que tenemos enfrente: A) Con esta persona/empresa me encantaría volver a hacer negocios. B) Con esta persona volveré a hacer negocios a pesar de cómo es. C) Con esta persona volveré a hacer negocios si no tengo más remedio. D) Ni harto de vino volveré a hacer negocios con esta persona.

No todos los que triunfan son del grupo A pero tienen más posibilidades de conseguirlo que los del grupo B, muchas más que las del C e infinitamente más que las del D. Y esa es la teoría, porque hay más factores que inciden en el éxito. Lo difícil además es llevarlo a la práctica.

Para los que metemos en el grupo A, el concepto que tienen del éxito es distinto. Tienen una visión del mundo más amable. Disfrutan más del proceso de conseguirlo, y lo disfrutan también de distinta manera en su consecución.

Tiene también sentido en el mercado del vino. ¿Colaborar? ¿Competir? ¿Colaborar para determinadas cosas? ¿Competir para otras? Se trata de ver cuando sumas más, pero no a corto plazo sino a medio y largo plazo.

¿Qué tiene más premio, colaborar o competir? Ahí está el dilema.