“Los tiempos están cambiando” Bob Dylan.
Para ponerle el título a este post me he inspirado en un tweet de Twitter de Francisco Alcaide «Epidemia Guardiolitis (by @montse_garcia): … la primera regla del liderazgo: autenticidad, no copies…». Le doy las gracias a Francisco por ser tan concreto y tan preciso al expresarse en Twitter´, (le tomo prestada su idea) y a Montse García por el post que escribe en el que toca desde otro enfoque lo que yo comento en este post.
El otro día fui a ver “I am not There” que trata de la vida de Bob Dylan.
Soy un fan del Bob Dylan de sus años mozos. Tiene canciones que me revuelven el alma. Y no solo a mí. Compruebo con placer que a mi hijo de 16 años también le encanta. Pero a mí me gusta el Dylan de los años 60. El que cantaba aquello de que “Los tiempos están cambiando” ¿Qué paradoja verdad? ¿Cambiaban los tiempos entonces? Nada comparado con lo que cambian en la actualidad.
El caso es que hace 2 ó 3 años fui a verle a un concierto que daba en Alcalá de Henares. El concierto me pareció un tostón. No cantaba ninguna canción conocida, y cuando al final cantó alguna de su viejo repertorio la había modificado de tal manera que resultaba irreconocible.
Viendo la película he entendido más a Dylan. La película es tan enrevesada como él. Dylan era y es un poeta al que le salían de dentro las ideas y las canciones. Un tipo huraño que soltaba su creatividad y expresaba lo que le salía. Era tan auténtico, tan original, que se convirtió en el mayor líder del cambio que se estaba produciendo en el mundo en los años 60. Todo el mundo quería oírle cantar. Pero querían más. Le veían como un nuevo mesías y trataban de que explicara lo que quería decir con sus canciones. Y Dylan no quería cambiar el mundo, o quería cambiarlo únicamente componiendo y cantando canciones. Lo que yo viví hace 2 años ha sido una constante en su carrera. Un público que acude a escucharle pero que no le gusta lo que oye y ve. Y Dylan que trata de ser únicamente fiel a sí mismo.
Nosotros hemos tenido también nuestro Dylan español. Se llama Joan Manuel Serrat. Cuando empezó a tener éxito, trataron de que representara a España en el festival de Eurovisión con la canción La La La. A él le pasó lo que a Dylan. Querían domesticarle, pero no se dejó. Dijo que iría si podía cantar la canción en catalán. Y por supuesto no fue. Puede sonar a coña pero en ese momento (1968), cantar en eurovisión era un grandísimo trampolín para un cantante y no como ahora. ¿Qué habría sido de Serrat si hubiera cantado en Eurovisión? Su imagen lo sería ahora la misma.
No me gusta el Dylan de ahora. Tampoco el Serrat de ahora. Me siguen encantando lo que hacían en su momento. Pero me refiero al artista y su obra.
¿Se les ha pasado el momento? En mi opinión sí. Pero lo tuvieron hace años, y removieron la sociedad americana y la española como pocos. Y lo tuvieron porque eran auténticos, y no copiaban. Posiblemente los sigo admirando ahora más que nunca como personas. Por ser consecuentes y fieles a sí mismas, porque han conseguido que el éxito no les cambiara. Lo que les ha cambiado, es el tiempo que pasa para todos.
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Las Bodegas, en este momento de cambio tan enorme, pueden por primera vez contar lo que tienen de auténticas, de originales. Y más importante aún. Mucha gente está ávida de escuchar esas historias. Y tienen el medio para contarlo de primera mano y encontrar sus fans. Y no necesitan millones de fans como tuvieron y tienen Serrat o Dylan. El medio es Internet.
Y Dylan dice que los tiempos están cambiando. ¿Que si están cambiando?… Pero eso da lugar a otro post. O mejor dicho, al contenido de este blog. Porque en este blog no se habla más que de cambio. Y de cómo adaptarse a él.
Imágenes de mi visita a Bodegas Muga y Bodegas Rodero.