Asesorarse con un experto (en Marketing) para implementar nuevas tecnologías

Aplicar nuevas tecnologías no es difícil. Lo difícil es aplicarlas bien
Aplicar nuevas tecnologías no es difícil. Lo difícil es aplicarlas bien

Cada vez que voy a ver a un cliente y me dice que en la reunión va a estar su responsable informático no sé si alegrarme o ponerme a temblar. Y es que las nuevas tecnologías, siendo maravillosas, no lo son cuando están en manos de gente que no puede entender lo que se puede hacer con ellas.

Hay algunos profesionales con formación informática, y al mismo tiempo visión de Marketing para entender lo que se les expone. Con estos da gusto hablar. Pero no es habitual ya que un buen número de ellos no disponen de esa formación complementaria, y si te preguntan es únicamente para sacarte información, porque consideran que con su formación lo van a hacer mucho mejor que tú.

En este blog no se habla de tecnología para la tecnología. Para eso hay cientos de blogs que saben mucho más que yo. En este blog se habla de tecnología como herramienta para promover, generar imagen de marca y vender más vino.

Las herramientas que se están creando en 2010 no son complejas. Utilizarlas no es difícil. Lo que es más complicado es utilizarlas bien para sacarles partido.

También me he encontrado con muchos interlocutores en el sector del vino que me dicen que de Internet se habla mucho pero que realmente no se le puede sacar mucho partido. Que el negocio que les haya podido llegar por Internet ha sido poco, malo, y con problemas.

Con las nuevas tecnologías pasa como con el vino.  Y es que para sacarle rendimiento primero hay que sembrar y luego hacer las cosas bien.

Fuentes de fotos: sebastiandonadio.com bicivilizate.cl

Vino o pepinillos. Una buena idea monta el lío.

Pepino

Gracias a mi buen amigo Borja, que protagoniza un brillante blog difícil de definir reflexionesidiota.blogspot.com, tomo conocimiento del lío armado con el pepinillo. Resulta que se formó un grupo en facebook con el siguiente nombre y propósito: ¿Puede este pepinillo tener más fans que El canto del loco? (número uno en las listas musicales de éxitos, para el que no lo sepa)

En la foto aparecía el pepinillo. No, no era el Brad Pitt del mundo vegetal: era discreto y verde. Pues bien, por un lado tenemos al grupo El Canto del Loco. A saber: Una importante discográfica de apoyo, chicos guapos, según dicen buenas canciones, grupo de moda, Rock juvenil, propaganda en radio y tv, videos,… y por otro a un pepinillo. A saber: eso, un pepinillo (no da conciertos, no reivindica nada, no lleva camiseta ajustada).

En poco tiempo la gente se fue sumando a este grupo y el pepinillo consiguió superar en número de fans al Grupo El Canto del Loco, en Facebook. ¡Conseguido!
No se exactamente cuantos fans fueron necesarios ¿10.000? ¿100.000? ¿Importa eso?

La primera pregunta es qué objetivo tiene todo esto. Responderé de inmediato: no tengo ni la más remota idea. Y la verdad, no creo que sea lo más importante.

Lo que me interesa es la segunda pregunta:

¿Qué ha sido necesario para sumar miles de fans y obtener una cierta notoriedad?

a) Una persona que ha decidido hacer algo y dedicarle tiempo.
b) Nada de dinero (menos es difícil) y una buena idea.

¡Es una extraordinaria noticia para los que pensamos que podemos tener buenas ideas, pero estamos absolutamente convencidos (convencidos es poco, digamos más bien que es una gran certeza), de que no tenemos mucho dinero!

Pequeñas y medianas bodegas tienen en ocasiones buenos productos (a veces se les tiene tanto cariño que es hasta resulta difícil llamarlo “producto”, pero tratamos de posicionarlo y venderlo, por lo que llamémoslo así). Eso es lo difícil, y lo hacen ellos.

Ahora juntos podemos tener un buen vino y buenas ideas, ninguno disponemos de grandes cantidades de dinero. Somos la combinación perfecta ¡A por ello!

¿Por qué los niños admiran a los atletas?

 

Recomiendo leer este post teniendo encendidos los altavoces de vuestros equipos y habiendo pinchado previamente en el website deUp in the Air”. Tiene una banda sonora memorable que estoy seguro que os pondrá en ambiente y miraréis con mejores ojos lo que a continuación os cuento. Arranca simplemente con la apertura de la página (¿No hablo de aprovechamiento de tecnología?. Pues aprovechémosla.

¿Qué si me estoy poniendo pesado sobre esta película? Puede ser. (es el segundo post que escribo tomando la peli como referencia).

En una escena de la película “Up In the Air”, Ryan Bingham (George Clooney), de profesión “Despedidor Profesional” trata de suavizar el trauma a una persona a la que ha comunicado su despido, a través de la idea de que más que entristecer y asustar a sus hijos por la pérdida de su trabajo puede conseguir ser admirado por ellos si sigue una secreta pasión que tenía de joven que era ser chef de cocina.

En la película, Ryan Bingham le pregunta al que va a ser despedido:

“¿Por qué admiran los niños a los atletas?”

El que va a ser despedido le responde con mucha sarcasmo con otra pregunta.

«¿Porque son los que se tiran a las actrices y mujeres famosas?»

Ryan Bingham dice:

“No. Eso es lo que pensamos los adultos. Los niños admiran a los atletas porque ven que persiguen un sueño

Yo creo que los adultos podemos pensar en lo atractivo que puede ser tener relación con una mujer famosa, pero, el niño y el hombre que todos tenemos dentro, admiramos a esas personas que persiguen un sueño.

Me pregunto si logro transmitir a mis lectores que mi sueño es ayudar a las Bodegas a utilizar el medio Internet con la misma soltura con la que utilizan el medio presencial que tan bien manejan. Que mi sueño es ayudar a esas Bodegas a comunicar esos sueños que tan bien saben transmitir en sus acciones presenciales pero que no acaban de hacerlo en la misma medida en el medio Internet.

Ya podéis apagar los altavoces. Gracias.

(Parte de la sinopsis ha sido extraida de un post magníficamente escrito en: flickchickcanada.blogspot.com

Crisis, oportunidades, amigos y anchoas.

Luis M. A. contestaba al último post sobre las oportunidades que brindan los cambios.

“Muy interesante. Lo que no dice es qué oportunidades hay ahora mismo. Me parece que las tengo que buscar, ¿no?”

Un poco irónico este Luis, pero tiene razón. Estamos cansados de oir que crisis en chino significa también oportunidad. Si eso es así, con la crisis actual las oportunidades deben ser del tamaño de Namibia (eso como poco).

Namibia

Acepto el reto. Imaginemos que Luis es un gran profesional de la comunicación, uno de los buenos (si es malo, mejor olvidarlo todo Luis). Esto lo tiene claro Luis, 5 amigos a los que ve con frecuencia y 10 clientes con los que mantiene contacto semanal.

Un buen día Luis aprovecha los social media (Facebook, Linkedin, twitter, por qué no varios?) y retoma contacto con 5 amigos más (ya son 10). Resulta que estos 10 amigos tienen a su vez 20 contactos cada uno (y todos a tiro de un clic).

Hemos dado un paso y ya estamos junto a 200 personas que pueden saber que Luis es un buen profesional. ¿Qué pasaría si Luis se lo tomara en serio y diera más pasos? ¿Cuánta gente podría llegar a saber que es bueno? Y siendo así, si Luis quisiera conseguir más clientes o iniciar nuevos proyectos ¿no le sería más fácil conseguirlo?

El efecto, cuando se habla de clientes de un mismo sector, el efecto se multiplica.

Sobra decir que hay muchas cosas a tener en cuenta que los profesionales de esto vamos sumando y aprendiendo cada día, pero uno de los aspectos fundamentales es la recomendación, y de quién viene. El pasado fin de semana un amigo me recomendó un restaurante en Los Molinos (sierra de Madrid). Fui y efectivamente todo lo que había contado era cierto: buen servicio, no es caro, enormes anchoas y carne exquisita (Santoña se llama, un día hablaremos de él). ¿Por qué fui? Muy sencillo, por que me lo recomendó él. Si me llega por otro lado (publicidad, mail, prensa…) no hago ni caso. Ese es el poder de los social media.

Anchoas Casa Santoña

¿Qué pasaría si nuestros vinos en vez de recomendarlos un famoso gurú o un periodista, los recomendara un cliente? El efecto es infinitamente mayor. Pero para eso me gustaría proponer un ejercicio: en vez de pensar en quién nos puede recomendar, pensemos primero en cómo podemos recomendar nosotros a otros (distribuidores, restaurantes…).

Empecemos dando ejemplo (eso sí, siempre que estemos seguros de que lo que recomendamos en bueno, si no, el juego no funciona. Jamás recomendemos algo por que sí). “Quid por quo”, algo así como dar para recibir mutuamente (algo por algo). Frase famosa por muchas cosas, aunque a mi me recuerda mucho a la película “El silencio de los Corderos” (creo que la segunda) y se me ponen los pelos de punta.

Fuente de imágenes: Casa Santoña, thecommonwealth.org

Contar mil historias distintas una vez vs contar la misma historia mil veces

Contar mil veces la misma historia

Hemos hablado desde aquí en innumerables ocasiones las múltiples ventajas que tiene para las Bodegas la utilización de Internet y los Social Media como instrumento de promoción, de comunicación y generación de imagen de marca de las bodegas.

El mundo del vino se encuentra continuamente con eventos en los que las Bodegas tienen la oportunidad de ponerse en contacto con los consumidores.

Este tipo de eventos presenciales han sido y serán muy efectivos, pero, al mismo tiempo: 1) Muchos de los que acuden repiten evento tras evento. 2) Las Bodegas tienen pocas posibilidades de diferenciarse exponiendo sus productos en una mesa exactamente igual que la del que tiene el de al lado. 3) La Bodega dispone de unos pocos segundos para entablar una conversación con cada interesado que se acerca a su mesa. Con ese margen de tiempo  se ven obligados a contar miles de veces un discurso muy, muy corto, que hace que la diferenciación respecto de sus competidores sea realmente pequeña. Provoca también que el 90% de los que se acercan a degustar no perciben una gran diferencia respecto de otros expositores.

En este tipo de eventos por supuesto que hay que estar. Cualquier posibilidad de estar cerca de los consumidores hay que aprovecharla. Pero las Bodegas tienen por fin una herramienta a su disposición para: 1) Diferenciarse mucho más de sus competidores. 2) Elaborar un discurso más cercano a consumidores de a pie de calle. 3) Tener la posibilidad de contar 1000 historias una vez en lugar de contar mil veces la misma historia.

Este último punto es fundamental. ¿No estamos hablando de diferenciarnos? Pues hagámoslo. ¿Disponemos de mil historias qué contar? Pues contémoslas. Me decía hace poco un bodeguero que se quedaba sorprendido de cómo esas historias que podía contar a él le parecían monótonas, pero que contemplaba atónito el interés que despertaban en los visitantes. Y es que el punto de vista del visitante es tan distinto…

¿Qué es el Marketing del Vino sino una o/y mil historias que contar? ¿Cuál es el presente y el futuro del vino sino las mil y una historias que tenemos para contar?