Publicidad versus oportunidades, para pequeñas empresas del vino.

«Yo mismo, en el momento de decir que todo cambia, ya he cambiado.» (Séneca)

Cuando se te presente una ventana de oportunidad, no bajes las cortinillas. (Tom Peters)

Publicidad versus oportunidades

¿Lo suyo es una pequeña empresa? Enhorabuena. ¿Es una gran empresa? Lo sentimos. Todo está cambiando y las campañas de comunicación para las grandes empresas se están complicando mucho, ¿qué no?

Hace poco tiempo todos comprábamos periódicos y veíamos los anuncios de la tele ¿se acuerdan? Todo era distinto. Meter publicidad en un diario no resultaba descabellado: era muy probable que alguien viera su marca.

Ahora es difícil no salir por la mañana y acabar con dos o tres periódicos de esos gratuitos bajo el brazo (no voy a entrar en consideraciones sobre la actualidad de algunas noticias. Hoy el titular de uno de ellos era “Los españoles comemos poca fruta” o algo así, la noticia del día vamos, del día de mañana, de hace una semana o de dentro de un mes, a elegir). Lo cierto es que el ciudadano ojea los periódicos que le dan en los 15 minutos libres que tiene en el autobús, los deja sobre la silla y a otra cosa.

También están los que acuden a cabeceras de prestigio en Internet: un rápido repaso a la actualidad según sea de su interés lo que encuentre en la primera pantalla (el resto, si no clickeas, no existe). Siendo así ¿dónde metemos el dinero? ¿En la prensa tradicional? ¿en la prensa gratuita? ¿en banners de Internet? ¿En todos? ¡ Hagan juego señores ¡

Antes las firmas de prestigio mandaban y establecían qué es lo que estaba bien, mal, regular u horrible en la moda, el cine, la restauración, el arte y por supuesto el mundo del vino. Eran personas de prestigio, con lo bueno y malo que esto tiene. Actualmente cualquier tipo que hasta hace dos días era un perfecto desconocido puede tener éxito en Internet, aumentar exponencialmente el número de visitas de su página y convertirse en un gurú, pero uno de los buenos, de los que se ganan la confianza del consumidor con sus apreciaciones. La gente sigue más a un desconocido que al afamado critico de un diario. Indignante ¿no creen?

Y no quiero dejar de lado a la reina de la comunicación: la televisión. Primero había dos canales (no hombre, no hace tanto tiempo). Después pasamos a cinco o seis y la vida nos sorprendió con el mando a distancia (¡el poder por fin es nuestro!) Y entonces empezamos a saltar de un canal a otro (parece mentira, que con seis canales no encuentre nada bueno, fue la frase del año). Y por fin llegó la TDT y la media de emisoras por hogar alcanzó los veinte canales (parece mentira que con veinte canales… bueno ya saben como acaba la frase).

Con el mando tardamos dos segundos en cambiar de canal, y tres en ver qué ponen en otro, por lo que en poco menos de dos minutos hemos podido recorrer los veinte canales para comprobar que no hay nada de interés en ningún sitio y volver a la emisora original sin ver anuncios. Pero resulta que ahora los anuncios duran 10 ó 15 minutos, por lo que volvemos a cambiar y al final no sabemos ni qué estábamos viendo al principio (como dice un buen amigo: “Yo no sé si veo la tele o me peleo con ella”). Esto sin hablar de la televisión de pago, el dvd, la posibilidad de grabar y pasar la publicidad directamente, el videoclub del adsl, etc.

Esto implica un conflicto para las grandes compañías, que deben estar en todos los medios, y esto cada vez es más complicado, pero supone una gran oportunidad para las pequeñas empresas (¿para qué querrían estar en todas las cadenas de TV, si con su distribución y producción jamás podrían satisfacer una demanda de ese tamaño?).

Publicidad versus oportunidades (2)

Y muchos se preguntarán qué tiene esto que ver con el vino: con la uva, con la fermentación, con los procesos, los tiempos o las inversiones necesarias. Pues nada, en realidad esto habla de vender vino, y de que si realmente lo haces bien puedes destacar y llegar a tu público (sí, el tuyo) sin que las grandes marcas te pisen por el camino por tener grandes presupuestos: una oportunidad para quién haga bien las cosas; tan sencillo y mágico como eso. ¿No es genial?
Estamos en Febrero. Hace mes y medio todavía podíamos preguntarnos qué oportunidades habíamos dejado escapar (no sin cierta melancolía) el año pasado y preguntarnos cuáles se presentarían este año. Muy bien, acaba de empezar y es el momento de aprovecharlas y poder contestar a la pregunta cuando el año termine.

Hay muchas oportunidades interesantes, y por si alguien tiene dudas, la pregunta típica: ¿Podemos hacer algo por usted? Para eso estamos. Vamos digo yo.

 

 

¿Por qué los jóvenes no toman vino? Conferencia en Fenavin.

Salió esta cuestión en una de las conferencias de la Feria Nacional del Vino, Fenavin, celebrada en Ciudad Real, del 5 al 7 de mayo .

Decían que los jóvenes prefieren bebidas más fuertes para combinados, tipo whisky, ginebra y ron. Que de alguna manera no tienen el paladar en esos años como para disfrutar de un buen vino. Que eso se coge con los años.

Y yo estoy de acuerdo. Pero los responsables de Marketing de ese tipo de bebidas estando de acuerdo con este razonamiento, se gastan ingentes cantidades de dinero en promover el consumo de sus productos de forma genérica y para cada una de sus marcas. Tienen grandes facturaciones y eso les permite tener grandes presupuestos de Marketing. Lo tienen más fácil que las bodegas.

Pero yendo al meollo del asunto ellos tienen muy claro que tienen que dirigirse a ese público joven. Y asocian el consumo de su producto con pasárselo bien, con irse de juerga, con relacionarse, con ser muy sociable, con que vana ligar a tope. Y los jóvenes es lo que buscan primordialmente con la bebida.

Ya sé que las bodegas no tienen el mismo presupuesto que este tipo de bebidas. Pero en la medida de sus posibilidades deberían de jugar a este mismo tipo de juego. Lo hacen algunas a través de sus DO para hacer más ruido.

Cada una de las bodegas no puede ni debe ir a la publicidad de masas, pero, ¿Están dirigiéndose a este colectivo, aunque sea de forma individual, uno a uno? ¿A través de qué medio? Internet, por supuesto.