Metal, madera y cristal. Bodegas Finca Constancia

A 90 kilómetros de Madrid, delimitada al norte por las estribaciones de la Sierra de Gredos y al sur por los Montes de Toledo y con algo más de 200 hectáreas, bodegas Finca Constancia se alza como un claro referente vanguardista de bodega y viñedo integrado, similar al tradicional concepto bordelés de los Château. Todo ello marcado sin duda por el señorío y la clase del sello González Byass.   La bodega se sitúa en un lugar privilegiado para el cultivo de la vid, elevada insolación, precipitaciones heterogéneas en el tiempo y un terroir generalmente pobre que hará sufrir a la vid para así conseguir la mejor de las calidades. La bodega impacta y sorprende visualmente ya que está dividida en tres módulos perfectamente diferenciados por los materiales que utilizan y que constituyen un fiel reflejo de las fases del proceso de elaboración del vino: el acero inoxidable –ala que alberga los depósitos de fermentación-, el cristal –donde se ubica la nave de embotellado- y la madera –que recoge la sala de barricas.

En cuanto a sus vinos destacan los caldos de parcela, procedentes de una de las 70 en las que está dividida la finca y donde cada una es diferente de las otras en el tiempo de insolación, la inclinación del suelo, la protección de los vientos e incluso en la pluviosidad. De esa forma se consiguen obtener vinos totalmente diversos manteniendo siempre unos estándares de producción y calidad.

En cuanto a sus vinos destacan los caldos de parcela, procedentes de una de las 70 en las que está dividida la finca y donde cada una es diferente de las otras en el tiempo de insolación, la inclinación del suelo, la protección de los vientos e incluso en la pluviosidad. De esa forma se consiguen obtener vinos totalmente diversos manteniendo siempre unos estándares de producción y calidad.

El Winebus en Finca Constancia (González Byass) y Consuegra