De cuando las cosa se preparan bien, salen mejor.

Depósitos de fermentación al aire libre

Sábado 11 de  Febrero 10:30 de la mañana, un café en el cuerpo, la nariz muy  fría pero ilusionados y con ganas de pasarlo bien, pues el día soleado nos  auguraba  una gran jornada de vinos y visiteo.

A las 10:40 ya estamos todos, 19 valientes incluyendo nuestro piloto y con Ignacio como maestro de ceremonias. Arrancamos porla A3, y comienzan las presentaciones, tenemos 85Km por delante para ir rompiendo el hielo, la calefacción del microbús, también pone de su parte.

A mitad de camino ya somos y ejercemos como un grupo, han comenzado las  risas, las preguntas sobre  los vinos y la comida, circulando información de la  bodega y el pueblo de Chinchon. A eso de las 11:45 ponemos los pies en el suelo  rumbo al bar del Restaurante-Bodega- Spa-Hotel Fincala Estacada, la primera impresión: nuevo, amplio, un rápido paso por el baño y a las 12 horas, con puntualidad británica, la  responsable de  enoturismo (una chica joven de discurso muy eficaz) nos reúne a todos en la entrada, en torno a un viñedo muy bien cuidado y podado en espaldera, representativo, según sus palabras, de lo que podríamos ver a lo largo de sus 278Ha

Las instalaciones están cuidadas y  pensadas y  al milímetro, en un concepto de estancia todo incluido, Causa sorpresa en el grupo la presencia de los depósitos de fermentación en el exterior y no en las naves, tras la explicación oportuna sobre el diseño, a mi me queda la duda de donde se encuentran las prensas que se usan en el descube de los tintos?…………………….

Durante la cata

La visita está siendo amena, a pesar del viento que se empeña en tersarnos la piel; foto por aquí, foto por allá y en un momento nos encontramos dentro de la nave, junto a los depósitos que albergan el vino casi terminado. Una vez conocidos los pormenores de las distintas elaboraciones, entramos en la sala de crianza, sencillamente espectacular, emborrachándonos de aromas de madera nueva: cocos vainillas, tabacos y torrefactos, resultado del buen tostado de maderas francesas y americanas y que han conseguido excitar aún más las ganas de degustar buen vino. Tras cientos y cientos de barricas pasamos a la sala audiovisual y de autoconocimiento, donde hacemos un resumen, en imágenes, de todo lo explicado hasta el momento por nuestra anfitriona, siendo aquí donde reforzamos la opinión de que esta bodega tiene algo de especial!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Rematamos la visita en el túnel de los aromas y descubriendo las bondades y diferencias entre la madera americana y francesa y apreciando como, del alcornoque,  pueden salir los maravillosos tapones de corcho que pondrá fin a una elaboración muy cuidada.

Por fin llega el esperado momento de la cata, en primer lugar: Finca La Estacada Blanco, vino brillante de un color amarillo pajizo con marcadas notas verdes, de aromas frescos de fruta madura, armónico en boca, graso y sedoso de paso agradable, acidez bien ensamblada y ciertas notas amargas en cada garganta. Continuamos con un tinto de 12 meses en barrica, presentándose como un vino limpio de color cereza, de capa media y que destapa aromas tostados de madera nueva y ciruelas compotadas.En boca es cálido, licoroso  y ciertamente tánico, con muchos recuerdos de fruta y tostados( café tofes…)

Casi dos horas después de comenzar, prácticamente nos tiene que echar, el vino ha eliminado la vergüenza y el ambiente de la sala propone un debate de larga sobremesa.

En las Cuevas del Vino de Chinchón

Después de un obligado paso por la tienda (tenéis que probar La Estacada Shyrah Merlot)  ponemos rumbo a silenciar el estómago, pues el hambre comienza ha hacer mella y la llegada a Chinchón se presenta como solución a la flojera de piernas y al mareo que comienza a recorrer alguna que otra cabeza .Pero ayyyyyyyyyyyy amigos nada mas lejos de la realidad, la visita a las Cuevas del Vino, después de intentar seguir a Ignacio por aquella cuesta inacabable, no hace sino fomentar que corran los ríos y ríos de vino tinto, disfrazados de frascas de cristal donde el premio siempre estaba en el fondo, y que acompañaban, cada vez mejor, con magníficas tapas made in Spain.

El color del grupo a las 16:30 es uniforme, no entiende de nacionalidades y tras un digestivo chupinazo de buen chinchón encaramos la misma cuesta, que antes nos pareció el mismísimo Alto de Los Leones, pero esta vez en busca de sol y café en compañía de  una de las más bonitas plazas de este país.

En la Plaza de Chinchón

Conseguimos comprar unos dulces típicos y, no sin esfuerzo, regresar al bus, casi, a la hora pactada. El regreso estuvo plagado de infinitos chistes de dudosa valía que consiguieron sacar nuestras más sinceras sonrisas .La despedida, a pie del autobús, termina con la promesa de seguirnos a través de las redes sociales y en este mismo blog y da por finalizada una jornada que tendrá su continuación en la tercera salida del WINEBUS………Verdad, Ignacio??????????????

Un saludo

Winetalker

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El Winebus en Bodega Finca La Estacada y Chinchón

Arrancando en el Winebus

Pues sí. Hacía frío, pero con sol, con mucho, mucho sol. Un sol que no calentaba nada; pero es que ahora, en febrero, a lo más que se puede aspirar es a tener días luminosos. Y yo, en días como estos, reconozco que el calor me gusta, pero que me gusta mucho más la luz. E igual opinan las plantas.

El pronóstico era de eso. De sol con bastante frío. Y la instrucción por ello era por eso, venir con gafas de sol, pero sobre todo con un pedazo de abrigo. Y así vinieron ellas. Y así vinimos alguno de nosotros (todos con abrigo).

¿Cuántos éramos? En Aranda éramos 12. Ahora 18. Usando el mismo microbús, pero esta vez casi lleno hasta los topes, y alguno apuntándose de la manera más rocambolesca en el último minuto. (pero esa es otra historia).

Salimos a las 10,30 h de Madrid y llegamos a la Bodega a eso de las 12 menos diez.

Para ver lo que pasó en Bodega pinchar aquí. (luego te recomiendo volver a este post para saber lo que pasó después de la visita a Bodega.

Bajando hacia la plaza de Chinchón

Nos costó salir de Bodega Finca La Estacada. Los vinos estaban tan ricos, que la gente se resistía a salir de la sala de catas, pero nos esperaba Chinchón, su maravillosa plaza y la Cueva de los Vinos que es donde estaba previsto comer. Paco (el conductor) nos ayudó a empujar a la gente hacia el autobús con un par de oportunos bocinazos. Y hale, otra vez en el autobús, camino de Chinchón. Para llegar a Chinchón, nos equivocamos de  carretera y nos metimos por una comarcal por la que, apenas pasaba el autobús. En fin, ¡La aventura es la aventura!. Y llegamos a Chinchón. El autobús no pudo dejarnos demasiado cerca, así que nos pusimos a andar. Ya eran más de las 15 h y yo iba con paso rápido no sea que nos quedáramos sin comer. Llegamos a la Plaza Mayor. ¿Hay una plaza más original y bonita que la de Chinchón? Es tan bonita que me costó Dios y ayuda arrastrar a la gente para subir hacia la Cueva de los Vinos, con la promesa de que volveríamos  más tarde. Y cogimos la cuesta que nos llevaba al mesón.

Mesón de la Cueva de los Vinos

El Mesón de la Cueva de los Vinos… ¿Qué decir de él? Pues que reúne tanto misterio que es una gozada bajar y comer dentro, y conocer alguna de sus historias. Habían dispuesto las mesas de forma ordenada y simétrica, pero decidimos juntarlas para comer todos juntos, así que hicimos un burruño con las mesas, y hale, que corran las tapas y las frascas de vino. ¿Que qué tal el ambiente ahí dentro? Quizá mejor ver el video de la visita. Y venga tapas, y venga frascas de vino. He de reconocer que de ahí salimos un pelín perjudicados. Y encima me ofrecen una copa de Anís de Chinchón. ¿Anís a estas alturas? ¿Yo tomar anís? Pero si soy el organizador. Necesito tener la cabeza despejada. ¡No muchas gracias!

Más fotos de las Cuevas del Vino

Corramos, corramos que nos perdemos tomar el sol en la plaza. A la carrera a la plaza. Y ahí estaba el sol esperándonos, y sus mesitas y bastante gente disfrutando del día al aire libre. Y el sol, y el vino, y las tapas, y el anís ya nos calentaban un poquito más.

Nos tomamos algo en la plaza. ¡Qué gozada es tomar algo en esta plaza! ¿Por qué sienta tan bien tomar algo en un lugar tan especial y con tan buena compañía? Vamos que estábamos en la gloria. Y parecía difícil movernos de allí.  Al cabo de un rato conseguí convencerles de que debíamos volver al autobús, “Pero si no estamos todos” (pensé yo). En fin… recemos para que cuando llegue al autobús estemos todos.

Disfrutando en la Plaza Mayor de Chinchón

Más fotos del paseo por Chinchón

Más fotos de Chinchón

Oh maravilla!!! Milagro!!! En el autobús otra vez todos. ¿Se conocía la gente antes de empezar la jornada? Pues no. Pero esa es la maravilla de un viaje como éste, que de haber 5 grupos originalmente, solo había un grupo en el autobús de vuelta.

Para volver contamos algunos chistes que no voy a reproducir por temor a que me cierren la pagima web y nos despedimos al llegar tras haber pasado un dia fantástico (al menos para mí).

Esta es mi versión de los hechos. Esta versión es imperfecta, parcial, incompleta y subjetiva pero es la mía. Supongo que se podrían escribir 18 historias distintas de este viaje. Espero que te haya gustado si estuviste en el Winebus el sábado y que te haya entretenido si no estuviste. Espero verte en el siguiente viaje del Winebus.

Un saludo y hasta la próxima

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Convocatoria del evento El Winebus en Bodegas Finca La Estacada