¿Crecen las exportaciones de vino? ¿Donde crecen? ¿Donde podrían crecer?

Que el mundo del vino se está moviendo de una manera tremenda, nadie lo duda. Lo que no acaba de verse es la reacción de las bodegas ante ese mundo tan cambiante. Ya no se trata de producir un buen vino ùnicamente. Esa sigue siendo la base para conseguir venderlo, y lo será siempre desde luego. Pero, hoy en 2008, debemos preocuparnos cada vez más en cómo generar demanda en un mercado globalizado como el que estamos, en mercados en donde se conoce poco o nada el vino español, menos aún las distintas denominaciones de origen. Y mucho menos las distintas marcas. Y todo eso hacerlo encima con un presupuesto limitado, dado que la facturación de las distintas bodegas está muy lejos del que se mueve en el mundo de las bebidas refrescantes, por poner un ejemplo.

La ciencia que estudia y da soluciones a esto se llama, Marketing, en particular, Marketing del Vino. Porque existe un Marketing específico del vino aunque aún haya bodegas que se resistan al palabrejo y a lo que ese palabrejo conlleva.

Hasta la próxima.

¿Colaborar? ¿Competir? Ese es el dilema

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Colaborar o competir

Colaborar o competir

El juego del dilema del prisionero es algo tremendamente interesante. Se enseña con mucha frecuencia en las escuelas de negocio para ahondar y debatir sobre la actitud de la gente en una sociedad tan competitiva y tan poco solidaria como la nuestra.

En el mundo de la web 2.0 se habla continuamente de este tema, y, de alguna manera se practica bastante, aunque también se practica bastante el hacer como que se colabora. Supongo que eso también forma parte del marketing. Asumen el lema de que “Lo importante no es lo que haces sino lo que parece que haces”.

El dilema del prisionero de lo que habla es de la sensación que le queda al que interactúa con uno, después de una relación profesional.

Yo creo que todos, en nuestra cabeza decimos respecto de la persona o la empresa que tenemos enfrente: A) Con esta persona/empresa me encantaría volver a hacer negocios. B) Con esta persona volveré a hacer negocios a pesar de cómo es. C) Con esta persona volveré a hacer negocios si no tengo más remedio. D) Ni harto de vino volveré a hacer negocios con esta persona.

No todos los que triunfan son del grupo A pero tienen más posibilidades de conseguirlo que los del grupo B, muchas más que las del C e infinitamente más que las del D. Y esa es la teoría, porque hay más factores que inciden en el éxito. Lo difícil además es llevarlo a la práctica.

Para los que metemos en el grupo A, el concepto que tienen del éxito es distinto. Tienen una visión del mundo más amable. Disfrutan más del proceso de conseguirlo, y lo disfrutan también de distinta manera en su consecución.

Tiene también sentido en el mercado del vino. ¿Colaborar? ¿Competir? ¿Colaborar para determinadas cosas? ¿Competir para otras? Se trata de ver cuando sumas más, pero no a corto plazo sino a medio y largo plazo.

¿Qué tiene más premio, colaborar o competir? Ahí está el dilema.

Valor, entereza, constancia para emprender

Seth Godin escribe como los ángeles. Y dice verdades como puños.

Me he encontrado con esta pequeña joya, “Understanding local Max”, que sirve para cualquier sector, para cualquier empresa, para cualquier profesional, para cualquier emprendedor. Y sirve por supuesto, y va como anillo al dedo para el sector del vino.

El artículo en cuestión es de hace 3 años pero no ha perdido vigencia alguna.

En realidad lo que dice Seth Godin lo dice mucho antes un refrán gallego un poco basto. “Para pescar el rodaballo, hay que mojarse el cara….”. Lo dice también el best seller “Quien se ha llevado mi queso”. Pero la manera en la que Seth Godin lo expresa es más positiva que la de este libro. Godin habla de emprender y de no desfallecer en el intento. El libro, de la necesidad de moverse cuando las circunstancias te están indicando claramente que tienes que hacerlo.

No dice por tanto nada nuevo, por lo menos para mí, pero sí que es original la manera de expresarlo. Y no hay mejor idea para leer que la que de alguna manera tienes ya en la cabeza.

Y esta es una idea que si no se tiene aún, conviene empezar a oir, para ver si se nos queda, si se me queda. Y mucho más para los tiempos que corren.

Hasta pronto

Chile supera a España en sus exportaciones al Reino Unido

Es esta una noticia de hace no demasiado que creo que es muy interesante para los tiempos que vivimos. Lo publica la página vinoaldia.com.

Qué mejor que oir a uno de los mayores compradores de vino chileno en el Reino Unido para que nos diga por qué sus ventas de vino chileno han pegado un salto espectacular. «Los magnates del cobre están invirtiendo millones, emplean a los mejores productores, vigilan los viñedos por satélite e importan cepas de Europa”.

¿Puede el precio dar una idea de la calidad de un producto?

Hace un tiempo vi un artículo en lavanguardia.es en la que se hablaba de un estudio en el que concluía que aumentar el precio de un producto provoca que se disfrute más de él. Se sometía a una prueba de sabor ciego a un número de personas sobre 5 distintos vinos con su PVP como única información. En esa prueba en realidad daban a probar únicamente tres vinos, porque los otros dos, eran dos de los mismos vinos probados previamente con el precio multiplicado por 9.

Las personas encuestadas valoraban como mejor vino aquellos más caros.Con este estudio llegaban a la conclusión de que habían descubierto una nueva manera de generar imagen de marca. Hay cosas en ese estudio que no me convencen nada, como es el tamaño de la muestra para sacar conclusiones, o que hayan descubierto una nueva herramienta de marketing. En el estudio tampoco hablan del grado de acercamiento al mundo del vino de los componentes de la muestra.
Pero hay otras partes que me interesan y mucho.

Yo trabajé en su momento en Pepsi y en su época lo que hacíamos era el reto de Pepsi que de alguna manera venía a demostrar que Pepsi superaba claramente en una prueba de sabor ciego a Coca Cola. Y en ese caso sí que lo hacíamos para miles de personas.Para lo que sí me sirve el estudio es para reafirmarme en que la mayor parte de las personas se basan en el precio para tener una idea de la calidad de un vino. Pero que eso es solo un síntoma de endeblez de su posicionamiento e imagen de marca.

Eso no ocurre con una botella de whisky de JB o un refresco de Coca Cola. Tampoco es criticable a las bodegas que tengan una marca menos potente que Coca Cola. Su presupuesto de comunicación marketing es infinitamente menor.

De ahí viene que, el 90% de los compradores de vino tengan una idea más etérea de la calidad de un vino frente a otro. En un mercado como el español ese poder de las marcas queda cubierto para las marcas ya asentadas, porque si el consumidor de a pié no tiene un gran conocimiento de las marcas, quién si lo tiene es el jefe de compras de la gran superficie adonde vamos a comprar. Este si sabe qué se vende más y cuáles vinos tienen premios.

Lo mismo ocurre o debería de ocurrir, en mayor o menor medida en los restaurantes. De esta manera, en un mercado tan estable como el español, los vinos con una determinada imagen de marca tienden a mantener su participación de mercado. En un mercado como el español ese poder de las marcas queda cubierto para las marcas ya asentadas, porque si el consumidor de a pié no tiene un gran conocimiento de las marcas, quién si lo tiene es el jefe de compras de la gran superficie adonde vamos a comprar. Este si sabe qué se vende más y cuáles vinos tienen premios. Lo mismo ocurre o debería de ocurrir, en mayor o menor medida en los restaurantes. De esta manera, en un mercado tan estable como el español, los vinos con una determinada imagen de marca tienden a mantener su participación de mercado.

Subir los precios no conllevaría un aumento de ventas sino todo lo contrario. El consumidor, puede no tener posicionado un producto, pero el canal, que conoce el precio anterior, no estarían dispuestos a comprar un producto del que saben su valor a un precio superior. El canal sí que sabe buscar referencias distintas del precio.El problema surge cuando queremos vender en un mercado en el que no somos conocidos y en el que no podemos hacer las acciones de comunicación que hacíamos en el pasado. Para fortalecer esa marca es donde puede ayudar Internet. En las exportaciones, y en cambiar las reglas de juego en el mercado local posteriormente.