Colaborar o … colaborar. Recomendar o … recomendar.

Apreton de manos

He escrito en muchas ocasiones sobre este tema. Mi último post sobre el tema era Colaborar o competir. Pues según pasando el tiempo. Yo creo que la única opción es colaborar o… colaborar. Y aunque mucha gente teóricamente opine igual, cuando nos enfrentamos con la realidad no siempre se da un amplio grado de colaboración.

Tiene que ver con esto la condición humana y los momentos tan difíciles que vivimos que hacen que determinadas personas se pongan nerviosas cuando hay un euro que puede caer y pierdan(perdamos) un poco la perspectiva.

Estoy muy cerca de muchos profesionales de muy diversas capacidades y campos. Y por ello puedo ver qué tipo de trabajo realizan. Y puedo por ello recomendar a un buen número de profesionales, de empresas, en función de las necesidades de mi interlocutor.

Cuando preguntas a head hunters o ves cualquier estadística respecto de cuál es la fuente de consecución  de trabajo por cuenta ajena más relevante, la respuesta de todos ellos, desde hace mucho tiempo, son los contactos personales de cada uno. Y esto ya ocurría mucho antes de que Internet adquiriera la fuerza que ahora tiene. En una economía y en una sociedad en la que internet y las redes sociales no tenían tanta importancia en la que  conocíamos tan solo pequeñas partes de la carrera profesional de las personas que recomendábamos. ¿No se potencia esto mucho más en la que  podemos saberlo casi todo sobre cualquier persona, sobre cualquier empresa. Y no solo nosotros, sino los receptores de la información que podemos transmitir? ¿No se potencia esto infinitamente con la viralidad que tiene la red?

Eso no ocurre únicamente con los trabajos por cuenta ajena sino que ocurre también para recomendar a un determinado proveedor.

¿Dónde está la fuerza de Linkedin? Lisa y llanamente en eso. ¿No estoy descubriendo nada nuevo verdad?

Así que, si me conoces, si te conozco, por favor hazme saber en qué sois buenos, en qué sois profesionales, porque si lo tengo  claro estaré encantado de recomendarte las veces que haga falta. El único requisito que necesito es tener confianza en vuestra honestidad, en vuestra capacidad, en vuestra profesionalidad, en que sois buenos en lo que decís que sois buenos, en que cumplís con lo que os comprometéis a hacer. Y en que vosotros haréis lo mismo por mí si surge la ocasión.

Y quiero hacerlo porque está demostrado que la sociedad en la que estamos esto funciona, porque hace que me sienta mejor, y porque me interesa. Porque son muchísimas más las ocasiones que tenemos de recomendar a un tercero que de recomendarnos a nosotros mismos. Además ese recomendarnos a nosotros mismos ya lo hace todo el mundo, y no tiene ninguna fuerza si se compara con la recomendación de un tercero. Porque con que lo haga también conmigo el 10% de la gente a las que se lo pida recibo muchísimo más de lo que doy.

Porque a mí no me cuesta casi nada recomendarte si estoy convencido de que me vas a dejar bien ante mi contacto. Porque valoro un montón también tu recomendación si se la haces a la persona adecuada, en el momento adecuado.

¿Quieres jugar al juego de las recomendaciones?

Yo sí quiero. Ponte en contacto. 

Fuente de imagen: noticias.iberestudios.com