Contraste entre Prowein y OME. (Feria del Vino en Alemania, feria de Online Marketing España en Madrid)

Prowein y OME
Prowein ————————————————– OME

El lunes y el martes de la semana pasada estuve en Prowein. El miércoles y jueves en OME.

Es una sensación curiosa asistir a ferias tan dispares en días consecutivos.

Porque tratándose de dos ferias que casi coincidían en el tiempo hay algo que me llamó poderosamente la atención.

En Prowein, en contados stands podía uno ver un ordenador. Todo eran relaciones personales y cata de los vinos allí representados. Tal y como se ha hecho siempre en las ferias del vino.

En Ome casi todos los que asistían eran unos entusiastas de la comunicación por Internet. Para muchos de los asistentes, ya no se concibe otra comunicación que la que se realiza a través de Internet.

La venta del vino tiene un componente emocional tremendo. Y esa emoción, como se ha transmitido siempre, ha sido de forma presencial. Y será la principal vía por mucho tiempo. Porque ese es precisamente parte de su encanto. Por esta vía percibimos los 1.000 y 1 matices que hacen que un determinado vino sea lo que es. La imagen de ese vino se transforma de forma radical si la persona que nos transmite esa información es el máximo responsable de la elaboración de ese determinado producto.

Detrás de cada vino hay mil historias, a cuál más atractiva, que muestran de manera clara que si un vino tiene unas determinadas características es porque existen profesionales como la copa de un pino, con una sensibilidad tremenda que transmiten ese saber hacer y esa sensibilidad en sus caldos.

Y cuando trato de ahondar en esa historia y trato de convencer a los responsables de que esas historias hay que contarlas también por Internet, me encuentro siempre con el mismo comentario: “Es que no es lo mismo hacerlo por Internet” Y yo les respondo que por supuesto que no es lo mismo. Pero una alternativa no es excluyente de la otra, sino complementaria. Que es muchísimo mejor hacerlo por los sistemas tradicionales y presenciales, pero que si yo les propongo pasarlo a la red es para poder acceder además a una mucho mayor audiencia. Que posiblemente sus contactos directos utilicen muy poco Internet en sus decisiones de compra. Pero que los clientes de sus clientes, y los clientes de los clientes de sus clientes lo utilizan cada vez más. Y ese es un proceso imparable.

Que si antes era difícil poder acceder a un importante número de sus clientes finales, ahora, con la globalización, ese empeño se hace imposible. Y si cada bodega tuviera la posibilidad de hacerle llegar un catálogo a cada uno de sus clientes, actuales o potenciales. ¿No conseguiría con eso aumentar la posibilidad de aumentar la demanda? ¿Qué es una página web sino un catálogo con infinitas más prestaciones que los catálogos tradicionales? Esas prestaciones adicionales de las que hablo son, entre otras muchas, la posibilidad de graduar la información a los requerimientos de la persona que acude a nuestra página web, la posibilidad de ver videos e imágenes de muy alta calidad que reproducen de forma muy digna gran parte de esas acciones presenciales de las que hablo, la posibilidad de establecer un diálogo con el consumidor y de saber lo que quiere y por qué nos compra, la posibilidad de influir sobre los nuevos prescriptores de la red que están creciendo como champiñones y cuyo grado de influencia en la imagen de marca de producto está creciendo de forma exponencial.

Hasta qué punto es importante la influencia de esos nuevos prescriptores y de ese flujo de información, que es la principal causa de que la globalización tenga lugar al ritmo que se está produciendo. La globalización se está dando, ya no tanto por iniciativa de los importadores sino por la demanda de los mercados de esos importadores. La primera globalización que se da es la globalización de la información.

La tecnología en lo que está ayudando al sector del vino es en reproducir de forma cada vez más fiel y no efímera lo que se realiza de forma presencial en la actualidad.

Está muy bien que las bodegas les pongan una alfombra de terciopelo a cada uno de sus importadores cuando se ocupan de nuestros vinos. Porque hasta la fecha, el gran mérito de que se vendan nuestros vinos en exportación es primordialmente de esos importadores. Pero la mejor manera de ayudar a esos importadores es ayudándole a que los productos de uno sean conocidos por sus clientes y su mercado, y esto le ayude a mejorar la rotación de nuestros productos.

¿Tiene sentido que Prowein y el OME sean tan distintos? Sí, lo tiene. Entre otras cosas porque a Prowein no va el consumidor sino el canal. Pero es simplemente un problema de tiempo que los medios tecnológicos que se utilizan hoy en OME se vayan utilizando paulatinamente en próximas ediciones de Prowein.