Viene de Bodegas Páramo Arroyo. Vino ecológico de Ribera de Duero.
En un mercado tan globalizado como el actual es más importante ser muy atractivo para un muy pequeño porcentaje de consumidores más sensibilizados repartidos por el mundo, que serlo para la mayoría de los de la provincia. En eso consiste la teoría de la larga cola tan en boga en estos momentos. Pero lo mejor de todo es que ese porcentaje de muy afines es creciente, ya que cada vez hay más personas preocupadas por la ecología, por preservar el medio ambiente, por consumir productos ecológicos.
Pero lo mejor de todo no es que lo cuente yo, sino que lo hagan sus creadores y ahí está Alejandro para mostrar el trabajo que hacen en viña y en bodega y para explicar por qué hacen lo que hacen. Y cuando uno le escucha uno se queda no solo con lo que cuenta sino con cómo lo cuenta.
Al acabar la visita Alejandro me ha regalado un Viña Eremos 2004 Crianza. Y al ponerme a escribir este post no me he resistido a abrir la botella y probar su vino.
¿El resultado? A mí me convence, no solo por su aspecto a la vista, en nariz y en boca, que está delicioso, sino porque tengo delante de mí la imagen de Alejandro mostrando ese cariño y ese mimo por la viña y ese esfuerzo adicional por producir ese vino tan especial.
Y yo creo que está cercano el momento en el que pueda subir sus precios en consonancia con sus costes. Solo falta que el mercado lo valore un poco más. A mí me da la sensación de que únicamente seguir sembrando entre esas personas con esa especial sensibilidad por lo ecológico y por el buen vino que cada día son más, estén éstas en España o en el extranjero, porque ya solo hay un único mercado global, en el que cada vez hay más consumidores con necesidades y gustos más heterogéneos.
Señores de Bodegas Páramo Arroyo. ¡A por sus clientes que les están esperando!